En silencio...

Desde muy pequeña los libros fueron mi cable a tierra... Y es hasta el día de hoy que lo siguen siendo.... Pero en el presente son mucho más que eso, son mi pasión, son mis ganas de saber todo de ellos, son mis ganas de escribirlos...de editarlos y lanzarlos al mundo, para que cada ser humano que habite en esta tierra, también pueda perderse en una nueva aventura de su imaginación.

Cuando era pequeña, si me ponían en penitencia, me encerraba en mi cuarto, elegía un libro, y en silencio, leía.
Si estaba enojada, me encerraba en mi cuarto, portazo mediante, elegía un libro, y en silencio, leía.
Si tenía que estudiar, lo hacía, y en cuanto me aburría, elegía un libro, y en silencio, leía.

Ya entrando en la adolescencia, cada vez eran más seguidas las excusas:
Evitar las eternas cláusulas de convivencia en el mundo de los adultos
Evitar los reproches constantes de un novio celoso y chapado a la antigua.
Alternar el tedioso estudio secundario cada vez más engorroso, y cada vez más aburrido.

Una vez terminado el colegio y cuando la mayoría de edad ya se había hecho presente, la rebeldía de años anteriores se apaciguó y surgió una mujer intelectual, una mujer interesada en las distintas culturas y los diversos géneros literarios, una mujer que ya no necesitaba excusas para encerrarse en el silencio de una habitación, elegir un libro y disfrutarlo con los cinco sentidos.

Silencio absoluto, marco perfecto de una lectura profunda. Suspenso, fantasía, ciencia ficción, novelas románticas, novelas históricas, policiales, cuentos de terror, historietas y la ya no tan nueva, pero fascinante e  impredecible novela gráfica.

En silencio, como mis reuniones habitacionales con los libros y mi persona, de a poco fui escribiendo lo que se cruzaba por mi cerebro. Situaciones, conflictos, mi día a día; y también fui plasmando en cuadernos y muchos más papeles sueltos, abrochados  a alguno de eso cuadernos, fui plasmando sentimientos, emociones, pensamientos; y así, en silencio, el lápiz fue siendo testigo de mi vida, siempre en silencio.

Y acá estoy, encerrada en mi habitación, con el ventilador al máximo ya que el calor por estos días en Buenos Aires es abrumador, escribiendo

.... en silencio